jueves, 23 de abril de 2009


Y con risa en el estómago caímos agotados en el pasto.
¿Qué adictiva droga es la que sale de tu cuello y penetra en mi alma hasta caída la noche?
Me miras con más de una sonrisa en la cara y me doy cuenta de la perfección de tus cejas. Como dibujadas con tinta negra. Armoniosas, perfectas.
- Yo te amo.
- Yo también Matías.
- Pero mirame. Mirame y di que me amas.
- Es lo mismo.
- No, mirame.
- No hay diferencia.
- Yo te amo.
- Yo también.
- Mentira.
- Me debes muchas Matías, déjame no amarte por hoy.
Tus enormes ojos se clavaron en mi pelo como los virus en las células y me invadieron unas ganas odiosas de no verte más.
Tu presencia hoy incomoda, no como ayer, pero aún así te abrazé como tratando de integrarte en mi cuerpo, para que te quedarás ahí siempre que te necesitará. Pero no funcionó.
Noviembre, 2008.-

Hablas y escupes clichés a borbotones. No puedo creer que crees que te creo.
No querido, ya nada es como antes.
Recuerdo cuando llegaste a mi casa con hipo en la boca. Querias un vaso de agua y yo olí un poco de excusa en el aire, pero te lo di. Pasamos la tarde entera tirados en el sillón tomando Escudo y jugando gato.
Ahora me miras con cara de todo y sin poder explicar nada. ¿Qué nos pasó compañero mío?
Llegó doña rutina y nisiquiera tocó la puerta.
¡Que maleducada ¿no?!

Noviembre, 2008.-

Salgo de casa sin rumbo alguno.
Las veredas están húmedas y sin recuedos, al igual que mi corazón.
Camino, camino y camino, evito pensar. Evito sentir y evocar, porque los recuerdos se carcomen el hilo de inocencia que aún me queda. Trato de salvarlo, pero a veces es imposible.
Llego a una plaza y pienso que es un buen lugar para no pensar.
Me recuesto en el pasto, húmedo también. Mi cabeza está muerta y me alegro, pero mi corazón no. Está más vivo que nunca y me apeno.
Es tan fácil no pensar y tan dificil dejar de sentir.
La vida es tan irreal, y sin embargo me dejo llevar.
Fue por un portazo sordo que estoy aqui. Fue por tu reacción ajena a ti mismo y a todo lo que creíamos hasta ese momento.
Tu respuesta con piel de gallina, y la mía sin neuronas vivas.


" Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porqe amores que matan nunca mueren "
Diciembre, 2008.-

martes, 7 de abril de 2009


Casi no te quedaban palabras en la boca, ni besos para dar.
Reservado de cariño y egoísta de abrazos, conquistaste mi corazón con cada infinita pestaña que nacía y moría en algún lugar indeterminado de tus ojos color monotonía.
Apreté fuerte los párpados y abrí rápido el corazón para así no arrepentirme luego.
La perfección de tu imponente precencia derretía cada trocito aislado de hielo existente en mi ser y a cambio dejaba un beso por cada herida pasada, acariciando nuestro futuro con suaves plumas de ilusión desenfrenada.
Tu risa me perfumaba la cara cada vez que de tus carnosos labios se desprendía la más espontánea y sincera carcajada jamás escuchada por algún habitante de este planeta. Sólo yo podía escuchar tan armonioso calor con sabor a música que salia de tu boca. Y era solo yo quien disfrutaba escuchandote reir, porque nadie más lo hacía. Estabamos tan lejos de todos, tan lejos de la rutina y la realidad, que solo yo te escuchaba.
Pero aún así no logré oir los freneticos gritos de tu corazón pidiendo libertad.
- Ven, sientate junto a mi.
Cuando cerró los ojos intentando injectar morfina a su corazón agonizante, nunca imaginó que al abrirlos algo peor le esperaba.
Un beso indiferente recorre tu lengua. Sientes como sus manos te tocan, pero no te aman y haces caso omiso a la advertencia de "peligro" pegado en su frente.
El deseo te gana y entras en su juego, ingenua. Más bien tonta.
Tu pelo, tu cara, tus manos, tus piernas, tu cuello. Todo está a su merced. Podría hacer y deshacer como quisiera con tu corazón, pero no lo hace. Por ahora.
Extracto del cuento para el concurso literario.
Abril, 2009.-