jueves, 23 de abril de 2009


Hablas y escupes clichés a borbotones. No puedo creer que crees que te creo.
No querido, ya nada es como antes.
Recuerdo cuando llegaste a mi casa con hipo en la boca. Querias un vaso de agua y yo olí un poco de excusa en el aire, pero te lo di. Pasamos la tarde entera tirados en el sillón tomando Escudo y jugando gato.
Ahora me miras con cara de todo y sin poder explicar nada. ¿Qué nos pasó compañero mío?
Llegó doña rutina y nisiquiera tocó la puerta.
¡Que maleducada ¿no?!

Noviembre, 2008.-

No hay comentarios: