jueves, 19 de febrero de 2009


Siempre así. Serio, tranquilo y frio, imitando al mar nocturno cada día sin tregua.
Con caricias contadas, caes sobre mi pecho, buscando el aroma que te enamoró, pero no lo encuentras porque ya no estoy aqui. Te llevaste hasta el ultimo abrazo con tu gélido corazón.
Cae la luna sobre nuestras cabezas y recuerdas que existo.
Un silencioso y breve beso me avisa que estamos en igual territorio. Un roce de manos sin acompañamiento verbal alguno es la dosis de afecto que me das por hoy, por lo menos hasta mañana, a la misma hora. Quizá sin luna, quizá sin beso. Quizá sin ti.
Febrero, 2009.-